Seguro que
mi cara les suena. Tal vez alguna vez nos hayan presentado pero no son capaces
de recordar mi nombre. Mi cara es una cara corriente, similar a cientos de
caras con las que se cruzan cada día en la calle. Caras sin nombre, caras que
esconden miserias e ilusiones, bondad o vileza a partes iguales. A pesar de que
no me recuerden les sorprendería pensar en las veces que se han posicionado al
lado del que suscribe, en las ocasiones en las que se dieron cuenta de que
preferían que yo venciera.
Todos llevamos un malo dentro, admitámoslo. Aquí no hace
falta que escondan esa parte suya que les incomoda. Sean bienvenidos…
Todos llevamos un malo dentro. La maldad, al igual que la bondad, forman parte de nosotros y aunque no se vea, a veces se intuye. Buen artículo. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarLa maldad es mucho más entretenida, ¡dónde va a parar! Y lo más significativo es que el malo siempre lleva un bueno dentro, aunque este sea pequeñito y medio feo...
ResponderEliminarGracias por comentar.
Saludos